Aunque de apariencia rosada, el muchachito nos ha nacido muy problemático, por no decir tarado, producto de haberse entregado sus progenitores al desenfreno revolucionario y sus abuelos al irresponsable descuido de la prole.
Lo acompaña un león, escondido en tenebrosas cavernas, que asalta a personas y familias. Algunos claman contra sus zarpazos, pero se necesitarán más que gritos para despojarlo de su invulnerable piel de odio y de venganza.
Monstruo de cien cabezas que renacen con igual ímpetu cuando se cortan, la hidra de la inflación es su juguete favorito.
El gigantesco jabalí de la flojera torturará al pueblo que, sin trabajar o sin riesgo, esperará hincarle los colmillos depredadores a una tierra, una casa... o a los buenos negocios.
Le gusta al recién nacido montarse en la venadita de la justicia, pero ésta lo derriba una y otra vez, causándole grandes remordimientos además de profundas heridas.
Los sombríos pájaros de la pobreza y de la miseria hace tiempo que revolotean sobre nuestras cabezas. Acompañan ahora al niño las siniestras aves de la escasez y el desabastecimiento.
Es preciso limpiar los establos de la monarquía, donde el autoritarismo reina a sus anchas. Rápidamente lo pueden hacer los ríos populares de la participación y de la opinión colectiva.
¿Quién va a someter al enloquecido toro de la delincuencia, que recorre las calles de nuestras ciudades y los caminos de nuestros campos arrojando fuego por las narices y despertando terror en los corazones?
Los desenfrenados caballos del racismo: el antiimperialismo, el panindigenismo, la afrodescendencia y el antisemitismo deben ser embridados y devueltos a su dueño
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El cinturón del poder sigue entre las amazonas y lo custodia el machismo.
Los rebaños partidarios están en la lejana y peligrosa anarquía. Habrá que conducirlos por un largo desierto.
El cinturón del poder sigue entre las amazonas y lo custodia el machismo.
Los rebaños partidarios están en la lejana y peligrosa anarquía. Habrá que conducirlos por un largo desierto.
Es preciso atar corto al espantoso can del olvido que guarda las entradas del Infierno. Su dominio no sólo mostrará la fuerza del héroe que tal haga, sino que será una victoria de la vida sobre el oscuro mundo de la muerte.
Las manzanas de oro de la concordia, la equidad y la paz están guardadas por un monstruo de tres cabezas: confrontación, discriminación y humillación. Quien traiga esa fruta nos traerá la libertad.
No hay que ser hijo de Casandra ni profeta del desastre para anunciar que 2008 será año de muchas dificultades, verdaderos Trabajos de Hércules. Los brasileños tienen inscrito en su bandera “Orden y progreso”. Podíamos empezar por ahí para resolverlas.
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