viernes, 25 de diciembre de 2020

LA MUERTE DE DIOS

      Cupula de San Pedro del Vaticano (Entre Sol y Nubes) Imagen & Foto |  ciudades, motivos Fotos de fotocommunity


      Leamos lo  que en La Gaya ciencia escribió Nietzsche  sobre este acontecimiento:

 

      125. El loco.
¿No han oído hablar de aquel loco que, con una linterna encendida en pleno día, corría por la plaza y exclamaba continuamente: "¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!"?
Como justamente se habían juntado allí muchos que no creían en Dios, provocó gran diversión. ¿Se te ha perdido?, dijo uno. ¿Se ha extraviado como un niño?, dijo otro. ¿No será que se ha escondido en algún sitio? ¿Nos tiene miedo? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado? Así gritaban y se reían al mismo tiempo. El loco se lanzó en medio de ellos y los fulminó con la mirada.
—¿Dónde está Dios?—, exclamó, ¡se lo voy a decir! ¡Nosotros lo hemos matado, ustedes y yo! ¡Todos somos unos asesinos! Pero, ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado la esponja para borrar completamente el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desencadenar a esta tierra de su sol? ¿Hacia dónde rueda ésta ahora? ¿Hacia qué nos lleva su movimiento? ¿Lejos de todo sol? ¿No nos precipitamos en una constante caída, hacia atrás, de costado, hacia delante, en todas direcciones? ¿Sigue habiendo un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una
nada infinita? ¿No sentimos el aliento del vacío? ¿No hace ya frío? ¿No anochece continuamente y se hace cada vez más oscuro? ¿No hay que encender las linternas desde la mañana? ¿No seguimos oyendo el ruido de los sepultureros que han enterrado a Dios? ¿No seguimos oliendo la putrefacción divina? ¡Los dioses también se
corrompen! ¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto! ¡Y lo hemos matado nosotros! ¿Cómo vamos a consolamos los asesinos de los asesinos? Lo que en el mundo había hasta ahora de más sagrado y más poderoso ha perdido su sangre bajo nuestros cuchillos, y ¿quién nos quitará esta sangre de las manos? ¿Qué agua podrá purificamos? ¿Qué solemnes expiaciones, qué juegos sagrados habremos de inventar? ¿No es demasiado grande para nosotros la magnitud de este hecho? ¿No tendríamos que convertimos en dioses para resultar dignos de semejante acción? Nunca hubo un hecho mayor, ¡y todo
el que nazca después de nosotros pertenecerá, en virtud de esta acción, a una historia superior a todo lo que la historia ha sido hasta ahora! Al llegar aquí, el loco se calló y observó de nuevo a sus oyentes, quienes también se habían callado y lo miraban perplejos. Por último, tiró la linterna al suelo, que se rompió y se apagó. "Llego
demasiado pronto, dijo luego, mi tiempo no ha llegado aún. Este formidable acontecimiento está todavía en camino, avanza, pero aún no ha llegado a los oídos de los hombres. Para ser vistos y oídos, los actos necesitan tiempo después de su realización, como lo necesitan el relámpago y el trueno, y la luz de los astros. Esa acción es para ellos más lejana que los astros más distantes, ¡aunque son ellos quienes la han realizado!" Cuentan también que ese mismo día el loco entró en varias iglesias en las que entonó su Requiem aeternam Deo. Cuando lo echaban de ellas y le pedían que aclarara sus dichos, no dejaba de repetir: "¿Qué son estas iglesias sino las tumbas
y los monumentos funerarios de Dios?"

 

 La Meca

 

 

     Para decirlo de una vez, Nietzsche no es santo de mi devoción. Sin embargo, a quienes me quieren escuchar les digo que tienen que leerlo y pensar en lo que dice, pero no hacerle caso. Para mí es muy dogmático. Por algo los nazis lo convirtieron en su santo patrón y sus obras en catecismo. No le haría daño un poco de escepticismo pirrónico.

     Debo decir, en segundo lugar, que yo no maté a Dios, aunque el loco haya afirmado " ¡Nosotros lo hemos matado, ustedes y yo! ¡Todos somos unos asesinos!" Yo sé que "los niños y los locos dicen las verdades", como quiere el viejo dicho. Pero loco es loco y niño es niño. En uno, el delirio a veces lo cobija; en el otro, la imaginación le causa muchos tropiezos. 

    Se excusa el demente con aquello de que "llego demasiado pronto... mi tiempo no ha llegado aún". No, loco, tu tiempo ha llegado. Podemos comprenderte ahora. Yo te comprendo y comparto tu aserto interrogativo final: 

 

                  ¿Qué son estas iglesias sino las tumbas
                   y los monumentos funerarios de Dios?

 

     Si Dios no estuviera muerto,  ya nos hubiera dado alguna explicación, aunque fuera medianamente plausible, de la pandemia, de la peste china. ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho el mundo? ¿Es un castigo? ¿Por qué a los más pobres? ¿Por qué los de abajo tienen que pagar siempre los pecados de todos? ¿Será cierto que Moloch no ha muerto, que solo cambió de nombre y ahora es misericordioso y dios de amor, que como tigre devorador ha perdido las lanas pero no las mañas?

 

 pieter bruegel cuadro web

    

      Hasta la fecha no sé de ningún "representante" del Dios cristiano o de Alah, el Dios de los musulmanes -para referirme a los dioses más importates de la actualidad- que haya intentado darnos una explicación de lo que pasa

      Es comprensible que en La Meca los peregrinos brillen por su ausencia y no haya una explicación, religiosa, se entiende. Pero el papa de Roma, de ordinario tan locuaz, no ha hicho esta boca es mía sobre el asunto. Por eso yo ahora sí creo que "Dios ha muerto". Lo mataron sus representantes. Y después del crimen se han quedado mudos. La culpa los abruma.

     Pero por ahí ha salido una diosa que, ciertamente, no es la patrona de Atenas, diosa de la sabiduría y de la ciencia. Esta nueva diosa que ahora llaman "ciencia" es una impostora; en realidad, es la diosa de la estadística, diosa de la contabilidad. Y por ella sabemos que el DEBE va ganando. Por el "virus chino" hemos aprendido estadística. No tenemos ningún otro conocimiento. Por eso no saben cómo se pueden curar los enfermos. ¿Habrá que ponerse a rezar a la verdadera Virgen, la del Partenón, Palas Atenea?


Atenea La Diosa Griega De La Sabiduría Y De La Ciencia Fotos, Retratos,  Imágenes Y Fotografía De Archivo Libres De Derecho. Image 25362195.


Lector, para comunicarse con el autor de la entrada, escriba a carloshjorge@yahoo.es

jueves, 24 de diciembre de 2020

BORRACHERA FINAL (Cuento de Navidad)

 
 
 
    
 
     No fue exactamente una borrachera sino un sueño, que es el nombre de las borracheras cuando dormimos. Ante todo hay que decir la verdad, aunque hablaré de mentiras, porque la mentira solo puede ser en la medida en que pasa por verdad. Y digo que es final porque cesé. La vida comienza y cesa. Como la nube que expulsa la lluvia que la constituye y se desvanece. La mía cesó y desvaneció en esa Navidad
     Me fui a dormir después de que mi hija menor había cumplido años. El sueño comenzó siendo pacífico y placentero pero yo terminé sudoroso y sofocado. Como si hubiera estado peleando como Jacob con el ángel. ¿Cómo ocurrió tal cambio? No nos adelantemos. Empecemos por el comienzo, pues, aunque cuento, puro cuento, esta es historia viva.
     Yo estaba en un altarcito, una especie de altarcito japonés donde recuerdan a los  antepasados. Claro que no había velas porque a mí no me gustan. Solo mi foto de niño de ocho años en la escuela rural de Tortoreos delante de un mapa de España. ¿Por qué una foto de los ocho años? Seguramente para ilustrar que fui pura promesa, como decía mi maestra Ana, primer amor. Mi otro amor, el más grande, fue Amalia. Duró más de treinta y cuatro años.  Hubo otros, pero menores: Martha Argerich, Virginia Woolf, Karen Dinisen y, sobre todo, Rosalía de Castro, aquella gallega que cantaba, suplicando,
 
               Airiños, airiños aires,
               airiños da miña terra;
               airiños, airiños aires,
               airiños, levaime a ela
 
     Estamos todos en la sala. Yo me veo y veo todo en  foto desde el altarcito. Amalia en la computadora está repasando por enésima vez una novela turca, que la oía ya en turco porque, después de haber visto tantas novelas, entendía el turco. María Emilia, echada en el chinchorro, tomaba un mate. Victoria, en su silla ejecutiva de trabajo, bebía algo achocolatado. Mis hijas hablaban. Su madre las escuchaba como quien no quiere la cosa. Como si no fuera con ella. La cosa, para ella, era Ask yenidem. Pero también oía a sus hijas, por lo que se supo a continuación.
     Hablaban de profundizar y ampliar la memoria familiar en el Día de Todos los Santos. Emilia le decía a su hermana que ya había comprado los pasajes para España y para Italia. Ambas se tomarían unas vacaciones. En España recorrerían algunos de los lugares que habían conocido aunque de manera separada. Ahora les interesaba hurgar en los archivos parroquiales de Rubiós y Tortoreos, ayuntamiento de As Neves, provincia de Pontevedra.
     Rubiós era la  aldea de la abuela María Pérez Rodríguez, hija de Dolores Rodríguez Cuña y de su esposo, José Pérez Gil. Ambos eran de Rubiós. En Tortoreos tenían que averiguar sobre José Miguel Jorge Carballido, el abuelo que había nacido en 1910 en Buenos Aires, hijo del sastre José Benito Jorge Domínguez y de la labradora María Carballido Estévez, que eran gallegos emigrantes en la Argentina y vecinos de Tortoreos.
    Le recordaba Emilia a su hermana que por la memoria es la única manera de acceder a la inmortalidad. ¿Y  qué es inmortalidad, preguntó Victoria? Su hermana le contestó leyéndole un texto de Simón Rodríguez que adornaba la sala y que decía así:

La Inmortalidad es una sombra indefinida de la vida
—que cada uno extiende hasta donde alcanzan
 sus esperanzas—
y hace cuanto puede por prolongarla

Se complace, el hombre sensible, figurándose
su existencia proyectada en el interminable
espacio de los tiempos=como se complace
en ver, desde una altura, sucederse
los valles, los bosques y los montes
mas allá de un horizonte sin fin
 
 
IDEAS, sin duda, y nada mas que ideas;
pero la vida espiritual se sostiene con ellas.

Son obra de la Imajinacion
como lo eran el néctar, la ambrosía y el humo
de que se alimentaban los dioses del
Paganismo
 
     --¿Y a Italia dónde vamos a ir?, preguntó Victoria a su hermana. Allá  hay mucho que ver. Posee el segundo patrimonio cultural de la humanidad, según la UNESCO.
     --Bueno, le dijo Emilia, a nosotras solo nos importan  los Abruzos y Avelino. De los Abruzos altos, los Abruzos de los Apeninos, era nonna Emilda Pancione, cuyos padres: nonnó María y nonnó Alfonso, vivieron y murieron en Valencia, la tierra de Amalia.
     --Así es, asintió esta cuando se oyó nombrada y siguió con la novela.
     --De cerca de Avelino es el nonno Doménico Mauriello Marrone (que algún idiota de inmigración le puso Marrune), volvió a tomar la palabra Emilia. Sus padres eran Giovanni y Amalia, nombre que va a heredar su primera hija, o sea, nuestra Amalia, nuestra madre.
                              ooo
 
     Ya dije antes que desde una foto yo veía y oía todo. Detrás de mí había un mapa político de Venezuela al lado del de Galicia, divididos ambos por provincias y ayuntamientos.
     El mapa de Venezuela tenía veintitrés provincias, con sus respectivas capitales. Estas provincias, en orden alfabético, eran:
Amazonas (Guayana)
Apure (San Fernando)
Aragua (Maracay)
Barinas (Variná)
Nueva Valencia (Carabobo)
Cayena (Barcelona)
Cojedes (San Carlos de Austria)
Coro (Coro) 
Cuicas (Trujillo)
Cumaná (Cumaná) 
Delta (Tucupita)
El Tocuyo (Barquisimeto)
Los Teques (Los Teques)
Margarita (La Asunción)
Mérida (Mérida)
Orinoquia (Angostura)
Portuguesa (Guanare)
Roscio Nieves (San Juan de los Morros)
Táchira (San Cristóbal)
Uyapari (Maturín)
Vargas (La Guaira) 
Yaracuy (San Felipe)
Zulia (Maracaibo) 
 
    Capital: Caracas 

     Me alegró mucho ver que ya no había Estados, uno de los mayores timos en la historia del país ("Dios y federación", ¡qué buen chiste!). Había provincias y ayuntamientos. Sin distritos ni parroquias.
     --Ahora que lo pienso, creo que fue una muy buena idea esa de volver a la Primera República, la imaginada por Roscio, le decía Victoria a su hermana. A Carlos le hubiera gustado mucho volver a la "patria boba". La patria de gente laboriosa, de héroes profanos, no de gente que, religiosamente, se mata entre sí. Por eso celebro que se haya censurado Venezuela heroica, de Eduardo Blanco. La única censura.
     --Es verdad, le contestó Emilia. También le hubiera gustado saber que su deseo expresado en 2003 en TalCual, y que después publicó en su blog en julio de 2008, se cumplió. Me gustan los Días Sagrados: 5 de julio, 8 de septiembre y 2 de noviembre. Son días sagrados porque nos unen separándonos de todo lo demás: día de la República, día de la Nacionalidad (establecida por Carlos III de Borbón en 1777) y día de Todos los Santos, de los santos de cada uno, los que están en el altar familiar. El día de los que nos han amado y nosotros hemos querido.

                            ooo
 
     Hacia el final del sueño entré en una lucha. Peleaba, y perdí, con un monstruo gigantesco y muy feo. Tenía dos cabezas. La cabeza de la peste china ("virus chino", la llamó Trump) y la cabeza heroica, que Manuel Caballero había nombrado "peste militar". 
 
     Y desperté. El can Ortro seguía ahí.