La deliciosa comedia Mucho ruido y pocas nueces (1599) es una obra de Shakespeare en que mejor se amalgaman lo cómico y lo dramático. Víctor Hugo la calificó de tragedia que se resuelve en la risa. Por un afortunado error, el copista del manuscrito, que sirvió para las ediciones de 1600 y 1623, en lugar de los personajes consignó los nombres de los actores.
No por error, sino por voluntad engreída –diría yo-, los rectores Antonio París, Benjamín Sharifker y Luis Ugalde se presentaron en escena para hacer una dramática auditoría al Registro Electoral. Para generar confianza, dijeron.
Otros rectores, los del CNE, aceptaron tan desprendido ofrecimiento con la condición de que fuera con otras universidades y dentro de los parámetros del CNE.
El martes 13 de junio los actores rectores descartaron participar en la auditoría oficial. Pero, no se sabe muy bien cómo, pues el CNE no les dio la data solicitada –perdón por el barbarismo-, los técnicos de la UCV, USB y UCAB le hicieron una auditoría (¿?) al padrón de votantes con el objeto de comprobar la fidelidad de la base de datos. Lo que según los rectores llevaría ¡meses! Se hizo en poco más de 30 días. Y elaboraron un informe.
De estudio trágico, el informe devino en libreto de vulgar astracán. Ni siquiera da risa, porque mucha gente había puesto su confianza en los tres ilustres actores y en una buena representación. Con razón Carlos Figueira, profesor de la USB y asesor del CNE, preguntó el día de la puesta en escena del espectáculo: “¿Por qué ustedes llaman a esto auditoría?”
Encontraron, por ejemplo, que en 107 municipios (distribuidos por todo el país) existen más votantes que habitantes, lo cual, a primera vista, parece alarmante. Y alarmante se ve que en 54 municipios el índice de cobertura llega a niveles de 95% y 99%. Se preguntaron: ¿es sospechoso que, en un padrón en el cual los votantes se inscriben voluntariamente, casi todos los posibles electores estén inscritos? Y se respondieron: en 1983 y 1988 se registraron niveles similares.
Las conclusiones son claras: 1) hay defectos importantes en el padrón, consistentes con la mayoría de las denuncias publicadas en los medios de comunicación; 2) los errores no son nuevos; 3) pero “no hay evidencias de que estas anomalías afecten las preferencias políticas”. Y lo verdaderamente cómico: “Los resultados (de la auditoría) sugieren que los errores no parecen estar relacionados con la intención del voto en un evento comicial presidencial”.
Éste fue el parto de los montes, expresión del poeta latino Horacio que el DRAE define como “cosa ridícula y fútil que sucede o sobreviene cuando se esperaba u se anunciaba una grande y de consideración”.
Preguntamos: ¿y para saber eso trajeron a un experto en matemática y estadística de la Universidad de Valencia, España?
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