En algún lugar dijo alguna vez G. Deleuze que si queremos saber de qué materia está hecho el deseo, hay que preguntárselo a B. Espinoza.
“Cada cosa, en cuanto es en sí –nos contesta el filósofo holandés- se esfuerza en perseverar en su ser” (Etica, parte III, prop. VI). Y este esfuerzo no es nada exterior a la esencia de cada cosa, esto es, este esfuerzo es parte de su esencia, y esfuerzo que no envuelve tiempo definido: todo el tiempo, de manera indefinida, cada cosa se esfuerza por perseverar en su ser. Esto es lo primero que hay que considerar sobre la esencia del deseo.
Así están en Venezuela la oposición y la revolución. Por ello es que adivinos, arúspices, augures, clarividentes, elegidos, enviados y otros profetas, se dedican en estos días a iluminar el futuro inmediato de la nación que este año, más que pacer bucólicamente como buey de tierra -dicen que este es su año-, se nos presenta como toro bravo con ganas de destripar al adversario.
“En 2009 -se lee en la misma profecía-, Saturno no será propicio, tampoco Urano ni Neptuno, pero Júpiter en Acuario y Plutón en Capricornio aportarán una extraordinaria protección y luz”.
Volviendo a Spinoza, él nos ha dicho, también, que deseo es la esencia misma del hombre. Lo que equivale a afirmar que el hombre es de naturaleza contradictoria. Por ello no valen las cartas astrales. Por ello a veces no queremos ni desear. No es que no deseemos porque entramos en la rutina y estamos agobiados por el estrés; por el contrario, porque no deseamos, la rutina es nuestro refugio y el estrés, nuestra medicina.
1 comentario:
el deseo,
mira que reinado tan triste.
... eso decia el poeta argentino Alberto Girri
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